November: A Month to Reflect on Gratitude

11-06-2022AllInternational Catholic Stewardship Council

“It is gratitude that ultimately asks one thing, but at a great price: fall extravagantly in love with what is given.”

Those words were penned by a Jesuit priest, Pat Malone, a man who volunteered for service at Ground Zero after the 9/11 World Trade Center bombings, and who struggled with leukemia and associated complications before succumbing to the disease in his early fifties. A mystic, Father Malone endured, or as he described it, “was given” much suffering. He was also given love, as he was beloved by his parishioners at Creighton University’s parish, St. John’s, who put together a book of his homilies and writings following his death.

During the month of November, those of us who live in the United States are focused on a major national holiday, Thanksgiving; the fundamental theme of which is “gratitude.” Gratitude is a foundational principle of Christian stewardship, so November is a great time for stewards to contemplate giving thanks. But sometimes, there is a tendency to get distracted and the deeply spiritual aspect of thankfulness gets lost in the preoccupation with family, home, income – that we often take for granted but pause to acknowledge over the turkey and stuffing.

Father Malone’s words ask us to think much more radically about gratitude. How often are we grateful for “what is given?” Natural disasters have caused immense suffering globally. War and ethnic cleansing continue. Refugees swarm the planet in record-breaking numbers. Mindless violence haunts our streets. How do we fall in love with tragedy? Doesn’t this seem wrong?

And in our own lives, troubles and struggles, small and some-times great, are seldom things for which we pause and give thanks. But as any good spiritual director will tell you, a fundamental question of our prayer lives must be: Where was God in this for you? How did you find God in this event?

Perhaps a good November exercise for Christian stewards would be to keep a 30-day journal of thankfulness. But don’t just make it a list of the “good” stuff. Make it a review of the day in which, for better or worse, you found God guiding you through good times and bad. Father Malone suggests that falling in love – extravagantly – with what’s given in your life will exact a great price. What does he mean? How might you be changed? What more ordinary ideas of thankfulness will you put aside as you learn to love your life and your struggle in the given moment?

Noviembre - Un mes para reflexionar sobre la gratitud

“Es la gratitud la que finalmente pide una cosa, pero a un gran precio: enamorarse extravagantemente de lo que se da”.

Estas palabras fueron escritas por un sacerdote Jesuita, Pat Malone, un hombre que se ofreció como voluntario para el servicio en la Zona Cero después de los atentados del 9/11 en el World Trade Center, y que luchó contra la leucemia y las complicaciones asociadas antes de sucumbir a la enfermedad a los cincuenta años. Un místi-co, el padre Malone soportó, o como él lo des-cribió, “se le dio” mucho sufrimiento. También se le dio amor, ya que fue amado por sus feli-greses de la parroquia St. John de la Universidad de Creighton, quienes prepararon un libro de sus homilías y escritos después de su muerte.

Durante el mes de noviembre, aquellos de noso-tros que vivimos en los Estados Unidos estamos enfocados en una fiesta nacional importante, el Día de Acción de Gracias; cuyo tema fundamen-tal es la “gratitud”. La gratitud es un principio fundamental de la corresponsabilidad cristiana, por lo que noviembre es un buen mo-mento para que los corresponsables contemplen dar gracias. Pero a veces hay una tendencia a distraerse y el aspecto profundamente espiritual del agradecimiento se pierde en la preocupación por la familia, el hogar, los ingresos, que a menudo damos por sentado, pero nos detenemos para atender más el pavo y el relleno

Las palabras del padre Malone nos piden que pensemos mucho más radicalmente sobre la gratitud. ¿Con qué frecuencia estamos agradecidos por “lo que se nos da”? los desastres naturales han causado inmensos sufrimientos en todo el mundo. La guerra y lim-pieza étnica continúan. Los refugiados aumentan en todo el plane-ta en números récord. La violencia sin sentido atormenta nuestras calles. ¿Cómo podemos enamorarnos de la tragedia? ¿No parece esto incorrecto?

Y en nuestras propias vidas, los problemas y las luchas, pequeñas y a veces grandes, rara vez son cosas por las que hacemos una pausa y damos gracias. Pero como cualquier buen director espiritual le dirá, una pregunta fundamental de nuestras vidas de oración debe ser: ¿dónde estaba Dios en esto para ti? ¿Cómo encontró usted a Dios en este evento?

Tal vez un buen ejercicio de noviembre para los corresponsables cristianos sería llevar un diario de agradecimiento de 30 días. Pero no lo haga sólo de una lista de las cosas “buenas”. Haga que sea un repaso del día en el que, para bien o para mal, encontró a Dios guiándole a través de los buenos y malos momentos. El padre Ma-lone sugiere que enamorarse, extravagantemente, de lo que se da en su vida exigirá un gran precio. ¿Qué quiere decir? ¿Cómo podría cambiar? ¿Qué ideas más ordinarias de agradecimiento dejará de lado a medida que aprenda a amar su vida y su lucha en el momen-to dado?

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