From the era of the first martyrs and the assemblies of believers gathering in catacombs, praying for the dead has been an essential part of the Christian tradition. As the Preface for the Funeral Rite from Roman Missal so beautifully expresses: “For your faithful, O Lord, life is changed, not ended.” And so just as we pray for the good of our loved ones on earth, we continue to pray for their souls after their bodily death. Each and every time we assemble for Mass, we include a prayer for the dead in both the Prayers of the Faithful as well as the Eucharistic Prayer.
As the Church’s teaching on purgatory became more defined and part of Catholic consciousness, beginning in the 13th century, praying for the dead took on a new meaning. Since souls in purgatory needed to “purge” themselves of their remaining sins before they could enter into heaven, it became an act of spiritual charity to pray for those souls, so that through the assistance of the living, they might more quickly be welcomed into heaven. This can be done through private prayer or by asking for a Mass to be said in remembrance of a loved one.
Beyond this “economy of salvation,” however, praying for the dead has the practical effect of keeping us in communion with our loved ones who have gone before us. By praying for them, we help remember all the good they did, the love they showed, and the hope they inspired. It also can be an exercise in mercy and forgiveness, if the ones we remember have harmed us or others during their life. By praying for the dead, we affirm our faith and hope in the Resurrection, not only for a specific loved one, but also for ourselves and for generations yet to be born. It helps the slow process of transforming grief back into love.
If you would like to have a Mass said in remembrance of a loved one here at St. Francis Xavier, please contact the church office, and we will help you find a date. These Mass intentions often fill up months in advance, so if you have a specific date in mind for a memorial, be sure to contact us early.
P. ¿Por qué rezamos por los muertos?
Desde la era de los primeros mártires y las asambleas de creyentes reunidas en las catacumbas, la oración por los muertos ha sido una parte esencial de la tradición cristiana. Como expresa tan bellamente el Prefacio para el Rito Funeral del Misal Romano: "Para tus fieles, oh Señor, la vida es cambiada, no acabada". Y así como oramos por el bien de nuestros seres queridos en la tierra, seguimos orando por sus almas después de su muerte corporal. Cada vez que nos reunimos para Misa, incluimos una oración por los difuntos tanto en las Oraciones de los Fieles como en la Plegaria Eucarística.
A medida que la enseñanza de la Iglesia sobre el purgatorio se volvió más definida y parte de la conciencia católica, a partir del siglo XIII, orar por los muertos adquirió un nuevo significado. Dado que las almas del purgatorio necesitaban "purgarse" de los pecados que les quedaban antes de poder entrar en el cielo, se convirtió en un acto de caridad espiritual orar por esas almas, para que, con la ayuda de los vivos, pudieran ser más rápidamente acogidas en el cielo. cielo. Esto se puede hacer a través de la oración privada o pidiendo que se diga una misa en memoria de un ser querido.
Sin embargo, más allá de esta "economía de la salvación", orar por los muertos tiene el efecto práctico de mantenernos en comunión con nuestros seres queridos que nos han precedido. Al orar por ellos, ayudamos a recordar todo el bien que hicieron, el amor que mostraron y la esperanza que inspiraron. También puede ser un ejercicio de misericordia y perdón, si los que recordamos nos han hecho daño a nosotros oa otros durante su vida. Al orar por los muertos, afirmamos nuestra fe y esperanza en la Resurrección, no solo por un ser querido específico, sino también por nosotros mismos y por las generaciones por nacer. Ayuda al lento proceso de transformar el duelo en amor.
Si desea que se diga una misa en memoria de un ser querido aquí en St. Francis Xavier, comuníquese con la oficina de la iglesia y lo ayudaremos a encontrar una fecha. Estas intenciones de misa a menudo se llenan con meses de anticipación, por lo que si tiene una fecha específica en mente para un memorial, asegúrese de comunicarse con nosotros con anticipación.
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